martes, 2 de noviembre de 2010

Estructura narrativa en el discurso oral de adultos mayores

El envejecimiento implica cambios cognitivos que se traducen en distintos problemas en la producción de discurso narrativo (Kemper, 1992; Craik, Andreson, Kerr & Li, 1995; Juncos, 1998). Juncos y Pereiro (1998) sostienen que el nivel educacional es un factor que incide positivamente en el manejo de la estructura de este tipo de discurso. Para evaluar lo anterior se analizan 167 narraciones orales de 24 sujetos con distinto nivel educacional (básico y universitario) y se clasifican según los elementos del modelo de la narración oral de Labov (1972). Los resultados se observan en relación con indicadores cognitivos de los sujetos y señalan una incidencia del nivel educacional en la estructura de las narraciones. Los problemas en la construcción del relato no se deberían a un déficit lingüístico, sino a interferencias cognitivas que impiden a los sujetos trasladar satisfactoriamente la representación mental al plano del texto.
Palabras Clave: envejecimiento cognitivo, discurso narrativo oral, modelo de Labor.

El envejecimiento de la población es un proceso de alcance mundial. Según datos de las Naciones Unidas, en el año 2025 habrá 1.200 millones de adultos mayores en el planeta, 70% de los cuales vivirá en países en vías de desarrollo1. Chile presenta un cuadro similar. Según las proyecciones del INE 2 , en 2025 habrá en nuestro país 82,2 personas mayores de 60 años por cada 100 menores de 15. Ello implica que el adulto mayor pasa a ocupar un lugar preponderante en nuestra sociedad, en términos de participación ciudadana y en el consumo de bienes y servicios.
Para efectos de esta investigación, entendemos por adulto mayor una persona sobre los 60 años de edad. Aunque también pueden utilizarse otros factores (como la jubilación, el estado de salud, las condiciones físicas, la auto percepción y las redes sociales), creemos que tratándose de nuestro país, la vara de los 60 años se presenta como expresión realista del inicio del envejecimiento, fundamentalmente porque buena parte de los mayores no contó en el transcurso de su vida con las ventajas y beneficios que le permitieran transitar hacia una vejez saludable y exitosa.
En el contexto descrito, cobra especial importancia saber cuáles son las capacidades lingüístico comunicativas de los adultos mayores. A la fecha nuestro conocimiento es incipiente y se limita a la recepción de resultados obtenidos por estudios realizados en países con una composición social muy diferente a la nuestra.
1. Características del discurso narrativo en la vejez
El relato oral es una de las formas más básicas de interacción comunicativa. Una de sus principales funciones consiste en el traspaso de experiencias y conocimientos, sobre todo tratándose de contextos de comunicación intergeneracional (Coupland & Coupland, 1995; Harwood, Giles & Ryan, 1995).
Es una creencia generalizada asociar a los adultos mayores a la idea de que son particularmente competentes en la producción de narraciones orales. Sin embargo, los estudios en psicolingüística y psicología del desarrollo tienden a asociar el normal envejecimiento de las personas con una disminución progresiva de sus capacidades cognitivas (Craik, Anderson, Kerr & Li, 1995), lo cual se traduciría a distintos planos lingüísticos (Juncos, 1998).
Diversos estudios (Glosser & Deser, 1992; Kemper 1992; Arbuckle & Gold, 1993; Juncos, 1998; Pereiro, 1999) dan cuenta de los principales problemas que presenta la producción de discurso narrativo de los adultos mayores. Estos problemas se manifiestan en una tendencia a la digresión, dificultades en el manejo de presuposiciones, errores en el mantenimiento de los referentes y una menor complejidad en la estructura sintáctica de los enunciados.
Por otra parte, algunos trabajos (Juncos, 1998; Pereiro, 1999) señalan, en general, un buen manejo de la estructura que organiza el discurso narrativo, situación que se acentúa en los sujetos con mejor nivel educacional. El nivel educacional se relaciona con las habilidades verbales y el conocimiento de distintos tipos de prosa (Rice & Meyer, 1986). En definitiva, el conocimiento que los sujetos tengan de los esquemas narrativos, en palabras de Juncos y Pereiro (1998:55), "depende de mecanismos metacognitivos que permiten establecer los elementos de una historia y sus relaciones".
2. Estructura del discurso narrativo: el modelo de Labov
Para describir la estructura de la narración utilizamos el modelo de Labov (1972). Este consta de los siguientes elementos:
- Resumen: Una o dos cláusulas al inicio de la secuencia que sintetizan el episodio. Debe coincidir con lo expresado en la ‘resolución’.
- Orientación: Es la introducción del tiempo, el espacio y los personajes de la historia. Describe un escenario, una situación de equilibrio que va a alterarse producto de un suceso inesperado.
- Complicación: Corresponde al hecho inesperado, al elemento que rompe la estabilidad presentada en el segmento anterior. Sin ‘complicación’ no hay narración.
- Evaluación: Es un juicio valorativo que el enunciador generalmente introduce después de la ‘complicación’. En este fragmento el hablante explicita una apreciación global del episodio, los personajes, sus acciones, reacciones, etc.
- Resolución: Es la solución del conflicto en que se ven envueltos los personajes tras la aparición del suceso inesperado. De ella deriva un nuevo estado de equilibrio. Los enunciados que componen la ‘complicación’ y la ‘resolución’ deben estar regidos por la secuencia temporal y causal propia de la narración.
- Coda: Se compone, generalmente, de uno o dos enunciados independientes del curso de los acontecimientos y que el narrador utiliza para señalar a sus interlocutores el término de la secuencia narrativa.
- Evaluación – coda: Juicio valorativo a nivel global, que a su vez cierra la narración y señala una posible transición hacia otras formas discursivas. Señala el valor o pertinencia del relato en cuanto al tópico del discurso (establece un puente con la secuencia siguiente), a la situación (en este caso, la entrevista) o a una evaluación que hace el sujeto de sus capacidades cognitivas aplicadas a la construcción del relato (enunciados del tipo ‘ yo me acuerdo.’).


Fuente:
Adam, J.M. (1992). Les Textes. Types et prototypes. París: Nathan.
Alvarez, G. (1996). Textos y discursos: Introducción a la lingüística del texto. Concepción: Editorial Universidad de Concepción.
revista.signos@ucv.cl

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